Es muy común que mis alumnos me pregunten cuál es la diferencia entre relajación y meditación, y son bastantes los que confunden términos.
Incluso mis alumnos de formación de profesores, llegados al tema, me preguntan sobre las diferencias, porque pueden ser sutiles y según las técnicas que utilicemos la línea es muy muy fina, como por ejemplo en Yoga Nidra.
Para no hacer muy larga esta entrada, que puede dar para mucho, voy al grano: son técnicas distintas, y como diferencia rápida, si practicas en postura sentada, estás meditando, si practicas en postura tumbada, estás relajándote.
Pero veamos el objetivo de cada una, que son muy distintos.
La relajación es la última fase de la práctica de asana (aunque se puede practicar también de manera aislada) en la que nos tumbamos y dejamos que el cuerpo y la mente se relajen soltando todas las tensiones. Es un proceso mediante el cual recuperamos energía, nos tranquilizamos, descansamos profundamente y recuperamos el equilibrio pisco-físico, llenándonos de una agradable sensación de bienestar.
La meditación es un estado al que se llega después de trabajar la interiorización y la concentración. Preferiblemente se ha trabajado anteriormente asana (incluida la relajación) y pranayama, aunque se puede practicar de manera aislada.
El estado meditativo surge, sin forzarlo, resultado de la práctica de técnicas de trabajo mental (raja yoga) y en él se experimenta el sentimiento de unidad con nuestra naturaleza esencial y con el Todo del que formamos parte. Es un estado mental libre de condicionamientos que da acceso a un estado de conciencia superior.
Digamos de manera más mundana, para aclararnos mejor, que la práctica de relajación es como ir al spa: soltar la tensión del cuerpo y la mente, darnos una sauna, un masaje… Nos sentimos bien al practicarla y es bastante inmediato. Salimos de la relajación con energías renovadas.
La meditación es un proceso más largo, es como hacer una limpieza general, lleva su trabajo: imagina que tu mente es un lugar lleno de trastos desordenados, paredes sucias, ventanas bloqueadas, oscura… la meditación sería ir quitando trastos y limpiando a fondo para ver, una vez terminada, la estancia en la que realmente nos encontramos y el lugar del que forma parte una vez podemos mirar por la ventana y ver el paisaje.
Limpiar a veces es agradecido y otras veces es un pringue… la meditación a veces es un proceso agradable y otras nos remueve (sobretodo al principio). Pero siempre merecerá la pena el proceso de autoconocimiento, sanación y crecimiento personal y espiritual que nos llenará de plenitud en el camino.
Como ves, la diferencia entre relajación y meditación es clara en su objetivo, aunque a veces escuchamos algunas indicaciones parecidas cuando las practicamos.
Espero haber aportado luz a esta duda recurrente, me encantará que me escribas en los comentarios si te queda alguna.
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