Sé el cambio que quieres ver en el mundo


Episodio 79. Sé el cambio que quieres ver en el mundo

En el episodio de hoy, vamos a hablar de una idea que puede parecer sencilla, pero que tiene la capacidad de transformarlo todo: la importancia de priorizar tu bienestar.

Puede sonar chocante en un mundo donde nos han enseñado que lo correcto es dar, cuidar, estar para los demás. Que si pensamos en nosotros primero, es egoísmo. Pero hoy quiero que exploremos justo lo contrario: ¿y si cuidar de ti fuera la forma más profunda y honesta de cuidar también a los demás?

Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.

Todo empieza en ti

Hay una frase de Gandhi que probablemente hayas escuchado muchas veces: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. A fuerza de repetirse, a veces olvidamos su profundidad. Porque no dice “haz que el mundo cambie”, dice “sé”. Encárnalo. Empiézalo en ti.

Si queremos una vida más tranquila, una sociedad más empática, un entorno más consciente… ese cambio empieza dentro. No hay revolución externa sin revolución interna.

Y esto, llevado a lo cotidiano, significa algo muy concreto: si tú estás bien, todo está bien.

El mundo que ves es el reflejo de tu estado interno

La forma en que percibes lo que ocurre fuera tiene mucho que ver con lo que está pasando dentro de ti. Si estás en paz, es más fácil responder con calma. Si estás presente, puedes escuchar mejor. Si estás centrado, tienes más claridad para tomar decisiones. Pero si estás agotado, desbordado, frustrado… todo se tiñe de ese mismo color.

Por eso no es egoísmo ponerte en el lugar que te corresponde entre tus prioridades. Es responsabilidad.

Porque tú eres el filtro con el que miras la vida. Cuanto más limpio esté ese filtro, más nítido y hermoso se verá todo lo demás.

El falso mito del sacrificio constante

Nos han educado para poner siempre por delante el deber, la productividad, el cuidado de los demás. Para dejarnos para luego. Para pensar que descansar, parar, priorizarnos… es un lujo, egoísmo o una muestra de debilidad.

Pero nadie puede dar lo que no tiene.

Si no te cuidas, te agotas. Si no te escuchas, te pierdes. Si no te nutres, te vacías.

Y desde ahí, todo lo que haces pierde fuerza. No porque no quieras hacerlo bien, sino porque no estás bien.

Colocarte al principio de tus prioridades no significa olvidarte del resto. Significa que cuando tú estás bien, puedes dar lo mejor de ti. A tu familia, a tu trabajo, a tus relaciones, a tu propósito. No desde el esfuerzo, sino desde la plenitud.

Yoga: un camino hacia dentro para vivir mejor fuera

El yoga es una práctica que te invita a observarte, a escucharte, a habitarte. Que te ayuda a volver a tu centro una y otra vez.

Y desde ese centro, todo cambia.

Cuando haces yoga, no solo trabajas el cuerpo: calmas la mente, regulas el sistema nervioso, creas espacio para sentir y para comprender.

Empiezas a detectar qué necesitas. A distinguir qué te nutre y qué te drena. Aprendes a elegir con conciencia. A responder, en lugar de reaccionar.

Empiezas a vivir con más claridad. Y eso lo cambia todo.

No esperes a que todo fuera se calme para estar bien

Uno de los grandes errores que cometemos es esperar a que todo se coloque para poder sentirnos bien: cuando termine esta etapa, cuando tenga más tiempo, cuando cambie esto o aquello…

Pero la verdad es que es justo al contrario. La calma no viene de fuera. La calma se construye dentro.

Si tú estás en paz, incluso en medio del caos puedes respirar. Si tú estás fuerte, puedes sostener. Si tu mente está clara, puedes guiar.

Y eso no depende del entorno. Depende de que empieces a dedicarte tiempo. A cuidarte. A hacer espacio en tu vida para estar contigo.

El cuidado personal como acto de amor (tambien hacia los demás)

Hay una idea muy extendida de que el autocuidado es individualista. Pero ¿y si fuera justo lo contrario?

Si te cuidas, estás mejor. Y si estás mejor, todo lo que haces se impregna de esa calidad. Tus relaciones se vuelven más sanas. Tu trabajo más consciente. Tu presencia más valiosa.

El verdadero servicio no nace del sacrificio, sino del amor. Y el amor empieza por ti.

Porque solo cuando te tratas con respeto y ternura puedes ofrecer eso mismo a los demás.

Vivir desde el centro, no desde el estrés

Imagínate por un momento que cada decisión que tomas parte de un lugar de claridad. Que cada acción que emprendes está alineada con tu energía. Que cada relación que sostienes nace desde la autenticidad, y no desde la necesidad.

Eso ocurre cuando empiezas a cuidarte. Cuando el bienestar deja de ser un extra, y se convierte en tu base.

El yoga te da herramientas concretas para construir ese lugar interno: la respiración, la meditación, el movimiento consciente, el silencio. No para aislarte del mundo, sino para estar mejor en él.

Samadhi: un camino hacia ese cambio

En la Mentoría Samadhi, trabajamos precisamente esto: no solo una práctica de yoga, sino una forma de volver a ti. Un espacio para reconectar con tu centro, con tus valores, con tu energía. Para aprender a cuidarte de forma integral: cuerpo, mente, emociones, hábitos, entorno.

No desde la exigencia, sino desde el amor. Porque cuando te cuidas bien, todo lo demás se coloca solo.

Si sientes que es momento de colocarte en el centro, no como un acto egoísta, sino como un acto de amor hacia ti y hacia todo lo que haces… quizá es hora de dar ese paso, te espero en la Mentoría Samadhi.

Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.

Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.

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