La práctica personal te da libertad


Episodio 77. La práctica personal te da libertad


Cuando pensamos en yoga, la imagen que nos viene suele ser la de un grupo de personas en una sala, siguiendo la voz de una profesora. Pero durante siglos, la práctica de yoga no fue así. De hecho, nunca fue colectiva.

En la tradición clásica, los discípulos convivían con su maestro. El aprendizaje era directo, íntimo, personal. A cada persona se le daba una práctica diferente, basada en su cuerpo, su energía, su momento vital.

No existían las clases grupales como las conocemos hoy.
Porque el yoga, en su esencia, es un camino profundamente individual.

Y eso, en el fondo, sigue siendo verdad.

Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.

La práctica personal: un camino hacia ti

Practicar en grupo es una experiencia valiosa. Compartes energía, motivación y conexión. Pero cuando creas una práctica personal, algo más profundo ocurre: dejas de mirar hacia fuera y comienzas a mirar hacia dentro.

Tú decides cuándo, cómo, cuánto y por qué. No hay una voz guiando desde fuera, sino una escucha interna que se vuelve cada vez más afinada.

Cada respiración, cada movimiento, cada decisión que tomas en tu práctica personal es un gesto de autoconocimiento. No estás haciendo “una clase en casa”. Estás construyendo un diálogo contigo.

Y ese diálogo, cuando se vuelve constante, te da algo muy valioso: libertad.

La práctica personal te acompaña en cada etapa de la vida

A veces tu cuerpo está fuerte, otras veces no. A veces necesitas moverte, otras parar. Hay días en los que tu mente está inquieta, y otros en los que sientes mucha calma.

La práctica personal te permite responder a eso, en lugar de seguir una secuencia fija. Puedes adaptar lo que haces a lo que estás viviendo. Y así, tu práctica deja de ser una rutina… y se convierte en una brújula.

Puedes hacerla en casa, en la naturaleza, al despertar, por la noche. Puedes practicar 5 minutos o una hora. Puedes hacerlo sobre la esterilla, o en momentos cotidianos: en la cocina, en el coche, mientras caminas.

Porque cuando entiendes el yoga como un estilo de vida y no como una coreografía, descubres que la práctica está siempre disponible.

No es improvisar. Es saber qué necesitas.

Y esa es mi forma de trabajar, en la mentoría Samadhi enseño una práctica personal que no es aleatoria. No se trata de hacer “lo que te apetece”. Se trata de aprender a escucharte… y saber qué hacer con lo que escuchas.

Nos apoyamos en dos raíces muy profundas del yoga:

  • El Ashtanga Yoga de Patanjali, que ofrece un mapa interno: desde la ética (cómo vivimos), hasta la meditación (cómo nos transformamos).
  • Y los 5 principios del yoga según Swami Vishnudevananda, una guía clara y práctica para cuidar cuerpo, energía y mente.

Así es como estos principios se integran en tu vida:

Ejercicio adecuado (asanas): no es hacer “más”, sino hacer “mejor”. Elegir las posturas que tu cuerpo necesita hoy, sin compararte, sin exigirte.

Respiración adecuada (pranayama): una forma directa de transformar tu energía. Respirar es una herramienta potente para regularte emocionalmente, conectar contigo y centrarte.

Relajación adecuada: en un mundo acelerado, parar no es un lujo: es una necesidad. Aprender a descansar profundamente te devuelve claridad, enfoque y paz.

Alimentación adecuada: observar cómo te nutres también es yoga. No desde la culpa ni la rigidez, sino desde la conciencia.

Pensamiento positivo y meditación: cultivar una mente estable, amorosa, capaz de mirar más allá del ruido.

La libertad de ser tu propia guía

Cuando entiendes tu práctica como algo vivo, personal, adaptable y tienes las herramientas… todo cambia. Puedes practicar en cualquier lugar, en cualquier momento. Sabes cómo volver a ti, cómo cuidarte, cómo escucharte.

Y en ese momento, el yoga deja de ser algo que haces… y se convierte en algo que vives, porque te acompaña en cada momento.

Y saber conectar así con tu Ser esencial, en un mundo que nos arrastra constantemente hacia fuera, es un acto radical de libertad.

¿Y si aprendes a crear tu propia práctica?

La mentoría Samadhi es un proceso de seis meses en el que te acompaño para construir una práctica personal sólida, profunda y real. No necesitas tener mucha experiencia. Solo necesitas el deseo de conocerte y comprometerte contigo.

No te doy una receta cerrada. Te doy herramientas, guía, acompañamiento. Te ayudo a entender cómo estás, qué necesitas y cómo adaptar tu práctica a tu momento vital. Una práctica basada en las raíces del yoga, pero llevada a tu vida, a tu cuerpo, a tu ritmo.

Porque el yoga no es sólo dos clases a la semana en la escuela. Que sí, es muy valioso. Pero cuando vas un paso más allá, y lo integras en tu vida con tu práctica personal, con tu estilo de vida yogui… es otra forma de estar en el mundo.

Si estás lista para empezar a crear una práctica que te acompañe en tu día a día, te invito a unirte a la mentoría Samadhi.

Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.

Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.

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