Episodio 57. Como adaptar la práctica de yoga a diferentes niveles y condiciones físicas
En el episodio de hoy vemos que el yoga no es una talla única. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Además, nuestro cuerpo cambia, nuestras emociones fluctúan y nuestras necesidades evolucionan con el tiempo. Por lo tanto, nuestra práctica, no puede ser rígida e inmutable.
Hoy vamos a hablar de cómo hacer que el yoga se adapte a ti, y no al revés. Cómo ajustar tu práctica según el estado físico y emocional del día, cómo elegir la meditación y el pranayama que mejor te sienten. Porque el yoga no es encajar en un ejercicio concreto, sino encontrar la práctica que encaje contigo.
Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.
Cada persona es única, cada práctica también
Si hay algo que el yoga nos enseña, es que no hay dos personas iguales. Lo que para alguien puede ser un movimiento fluido y natural, para otra persona puede ser un desafío. Por eso, la práctica personal es clave.
Las clases en grupo son una herramienta valiosa para aprender y sentirse acompañado en la práctica. Pero complementar esa experiencia con un espacio propio, con una práctica personal, te permite profundizar y conectar aún más contigo. Aprender a adaptar el yoga a tus propias necesidades, escuchando tu cuerpo y mente, es el paso definitivo para hacer del yoga un verdadero camino de autoconocimiento.
La práctica cambia cada día
Un día te sientes fuerte, con energía y listo para desafiar tus límites. Otro día, tu cuerpo está más pesado, tu mente dispersa y necesitas suavidad. Así es la vida. Y tu práctica de yoga debería reflejarlo también.
Insistir en hacer siempre lo mismo, sin importar cómo te sientes, puede llevarte a frustración, desmotivación o incluso lesiones. En cambio, si aprendes a fluir con lo que tu cuerpo y mente necesitan en cada momento, tu relación con el yoga será más auténtica y sostenible.
Yoga para cada cuerpo: lesiones y condiciones especiales
Tener una lesión o una condición física específica no significa que no puedas practicar asana. Al contrario, el yoga puede ser una herramienta maravillosa de bienestar en esas circunstancias, siempre que lo adaptemos correctamente.
Si tienes una lesión o alguna limitación física, no se trata de “forzar” el cuerpo, sino de trabajar con él. Modificar posturas, usar soportes o explorar otras formas de movimiento dentro del yoga puede marcar una gran diferencia en tu bienestar.
Accesorios que te ayudan a profundizar en la práctica
Los bloques, cinturones, mantas y sillas no son solo para principiantes. Son herramientas poderosas que permiten adaptar la práctica a cada cuerpo y nivel. Pueden ayudarte a alcanzar una postura sin forzar, mejorar la alineación y facilitar una mayor relajación.
Muchos piensan que usarlos es “hacer trampa”, pero en realidad, estos accesorios permiten explorar las posturas de manera más segura y profunda, independientemente del nivel.
Modificar las posturas según lo que necesitas
No hay una única forma “correcta” de hacer una postura. De hecho, lo “correcto” es lo que funciona para ti.
Cada asana debe adaptarse para respetar tu cuerpo. Puede ser ajustando la distancia de los pies, usando una pared como soporte o cambiando el ángulo de un estiramiento. Aprender estas adaptaciones es clave para que la práctica sea realmente tuya y no un molde rígido en el que intentas encajar.
Pranayama: adaptar la respiración a tu nivel
El control de la respiración es una parte fundamental del yoga, pero no todas las técnicas son para todo el mundo en cualquier momento.
Si nunca has practicado pranayama, empezar con técnicas avanzadas como la retención prolongada del aire puede ser contraproducente. En cambio, trabajar con respiraciones más suaves y accesibles te permitirá integrar los beneficios del pranayama de manera gradual y segura.
Con el tiempo, puedes ir evolucionando, experimentando diferentes ritmos y técnicas según lo que necesites en cada etapa de tu vida. Pranayama es una herramienta muy valiosa si la sabemos usar bien.
Meditación: elegir la técnica adecuada
Meditar no es solo sentarse en silencio con la mente “en blanco”. Hay muchas técnicas, y cada una puede tener un impacto diferente según tu momento vital.
Si tu mente está muy inquieta, puede que una meditación activa o con mantras funcione mejor que una práctica en total silencio. Si te sientes emocionalmente sobrecargado, una meditación con enfoque en la respiración puede ayudarte a encontrar calma. Adaptar la meditación a tu nivel y a cómo te sientes te permitirá sostener la práctica en el tiempo y disfrutar de todos los beneficios que te ofrece.
Escuchar el cuerpo y respetar los límites
El yoga no se trata de lograr la postura más impresionante ni de competir con nadie. Es una práctica de escucha y respeto hacia uno mismo.
Aprender a reconocer cuándo avanzar y cuándo retroceder, incluso, cuándo no hacer nada, es una de las lecciones más importantes. Escuchar el cuerpo no significa evitar el esfuerzo, sino entender la diferencia entre un reto saludable y un esfuerzo que puede llevarte al desgaste o la lesión.
Adaptar el yoga a cada etapa de la vida
El yoga evoluciona contigo. Lo que necesitas a los 20 años puede no ser lo mismo que necesitas a los 40, y mucho menos a los 60.
Durante el embarazo, el yoga puede ayudar a conectar con el cuerpo y prepararse para el parto. En la infancia, puede fomentar la creatividad y la concentración. En la madurez, puede aportar estabilidad y equilibrio, tanto físico como mental.
Saber adaptar la práctica a cada momento vital es lo que la hace verdaderamente sostenible y enriquecedora a lo largo del tiempo.
Llevar el yoga más allá de la esterilla
Además, el yoga no es solo lo que hacemos en la esterilla. Es cómo vivimos, cómo nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.
Con el tiempo, lo que aprendes en la práctica empieza a reflejarse en tu vida cotidiana. Tal vez empieces a respirar más profundo en momentos de estrés, a moverte con más consciencia o a tratarte a ti mismo y a los demás con más amabilidad.
Y ese, al final, es el verdadero propósito del yoga: transformar la manera en que experimentamos la vida.
Da el siguiente paso con la mentoría Samadhi
Si quieres profundizar en una práctica adaptada a ti, aprender a construir tu propio camino en el yoga y llevar esta filosofía a tu vida, te invitamos a formar parte de Samadhi, nuestra mentoría para una práctica consciente y personalizada.
Porque el yoga no es sólo algo que se aprende en un libro o en una clase. Es algo que se vive. Y estamos aquí para ayudarte a encontrar tu propio camino en él.
Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.
Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.
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