La aceptación: un camino hacia la paz interior desde el yoga

Episodio 37. La Aceptación: Un Camino hacia la Paz Interior desde el Yoga

Hay momentos en los que la vida parece resistirse. ¿Has sentido alguna vez que estás luchando contra una corriente imparable? Ya sea en tus relaciones, en tu trabajo o incluso frente al espejo, esta sensación de insatisfacción puede ser agotadora. Nos decimos que necesitamos cambiar, mejorar, cumplir expectativas propias y ajenas… pero rara vez nos detenemos a pensar que la solución puede no ser tanto cambiar, sino aceptar.

La aceptación es uno de los pilares más poderosos del yoga, aunque a menudo pase desapercibida. El simple acto de aceptar —a ti mismo, a los demás y a las circunstancias— puede ser la llave para desbloquear una vida más plena y auténtica.

Imagina que te miras al espejo un día cualquiera y, en lugar de criticarte por cada arruga, cada imperfección o aquello que «deberías» cambiar, simplemente sonríes y aceptas lo que ves. Aceptar no significa resignarse, sino observar con claridad y amor lo que es, sin desear que sea diferente, y este simple acto tiene un poder profundamente transformador.

En el episodio del podcast de hoy profundizamos en el concepto de aceptación desde el punto de vista del yoga: Santosha.

Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.

La aceptación en la filosofía del yoga

En la filosofía del yoga, a la aceptación le llamamos Santosha. Esel segundo de los Niyamas del Ashtanga Yoga descritos por Patanjali en los Yoga Sutras. Santosha se traduce comúnmente como «contentamiento» o «satisfacción», pero en esencia, significa aceptar, aprender a estar en paz con lo que tenemos y con quiénes somos, en cada momento.

Patanjali dice:

«Santosha-anuttamah sukha-labhah»
«A través del contentamiento, uno alcanza la felicidad suprema».

Santosha no significa resignación. Tampoco significa abandonar nuestros sueños o deseos de mejora ni aceptar situaciones injustas, sino que aprendamos a fluir con la vida y dejar así de luchar contra lo que no podemos controlar. La resistencia crea sufrimiento, mientras que la aceptación nos libera.

En el Bhagavad Gita, otro texto esencial del yoga, Krishna enseña a Arjuna que la vida está llena de dualidades: placer y dolor, éxito y fracaso, alabanza y crítica. Aceptarlas con ecuanimidad es clave para vivir en armonía y en paz.

Cuando la no aceptación se convierte en un peso

Sin darnos cuenta, muchas veces somos nuestros propios mayores críticos:

  • “No soy lo suficientemente bueno en mi trabajo.”
  • “No tengo el cuerpo que me gustaría.”
  • “Esta situación no debería estar ocurriendo.”
  • Nada me sale como yo quiero.”

Cada pensamiento como este crea resistencia. Es como remar río arriba: agotador e inútil.
Este rechazo constante genera estrés, insatisfacción y un sentimiento de estar atrapado. Pero, ¿qué pasaría si soltáramos los remos y dejáramos que la corriente nos lleve? La vida no está hecha de certezas. No hay contratos firmados con lo que va a pasar, y mucho menos con que lo que suceda nos guste. Por eso, lo mejor que podemos hacer es soltar las expectativas y aprender a fluir con lo que la vida nos trae.

A menudo, el mayor dolor no proviene de las circunstancias externas, sino de cómo las interpretamos. La resistencia al cambio, a nuestras propias limitaciones o a las imperfecciones en nuestras relaciones es lo que nos impide vivir plenamente.

La aceptación dentro y fuera de la esterilla de yoga

La práctica de yoga nos enseña a aceptar no solo lo que ocurre en nuestra vida, sino también lo que sucede en nuestro cuerpo y mente.

Aceptación hacia uno mismo

En cada práctica de asanas, aprendemos a escuchar nuestras limitaciones físicas y a respetarlas. Tal vez ese día no llegues a tocar tus pies en Uttanasana (flexión hacia adelante), pero el yoga te enseña que no importa. La práctica no es para alcanzar un ideal, sino para estar presente y explorar lo que tu cuerpo necesita en ese momento.

El mismo principio aplica a la mente. Es común que, durante una meditación, aparezcan pensamientos que juzgamos como «malos» o «distractores». Pero el yoga nos recuerda que la mente hace lo que la mente hace: pensar. En lugar de luchar contra esos pensamientos, aprendemos a observarlos con curiosidad, dejando que vayan y vengan como nubes en el cielo.

El yoga te enseña que no necesitas ser perfecto; necesitas ser presente. Esta misma lección puede extenderse fuera de la esterilla:

  • Aceptar que estás cansado y necesitas descansar.
  • Aceptar que cometiste un error y aprender de él, en lugar de castigarte.
  • Aceptar tus emociones, incluso las que consideras “negativas”.

Aceptar nuestras cualidades y defectos no significa conformarnos con ellos. Significa reconocerlos, abrazarlos y, desde ahí, decidir qué queremos cambiar y qué podemos aprender a amar tal como es.

Aceptación de las circunstancias

Resistirnos a los cambios solo añade sufrimiento. La vida es un flujo constante. Está llena de situaciones que no podemos controlar: una enfermedad, la pérdida de un ser querido, un contratiempo en el trabajo… El yoga nos invita a aceptar estas circunstancias con la misma apertura con la que aceptamos las cosas buenas.

Aceptar no significa que no debamos actuar o luchar por cambiar lo que es injusto o doloroso. Pero al hacerlo desde la aceptación y no desde la resistencia, nuestra energía fluye mejor, y encontramos paz incluso en la acción.

Aceptación en las relaciones

¿Cuántas veces intentamos cambiar a los demás? La aceptación nos invita a dejar de lado esas expectativas imposibles. Al aceptar a las personas tal y como son, creamos relaciones más auténticas, sanas y menos cargadas de conflicto.

Aceptar lo positivo

Curiosamente, aceptar las cosas buenas que nos ofrece la vida también puede ser un desafío. Muchas personas tienen dificultades para recibir cumplidos, regalos o ayuda, ya sea por modestia, inseguridad o miedo al compromiso.

En yoga, el principio de Ahimsa, la no violencia, también se aplica hacia uno mismo. Rechazar lo bueno es una forma de auto-sabotearnos, de no respetarnos. Al aceptar con gratitud lo que otros nos ofrecen, permitimos que el ciclo de dar y recibir fluya naturalmente.

Más allá de lo evidente: aceptación y transformación

Aceptar no significa estancarse, sino que es el primer paso hacia la transformación, partir de un lugar de paz en vez de lucha . Para cambiar algo en nuestra vida, primero debemos verlo tal como es, sin filtros ni juicios. Esta claridad es lo que nos permite avanzar con dirección y propósito.

Por ejemplo, si estás pasando por un periodo de ansiedad, el yoga te enseña a no luchar contra ella, sino a observarla. ¿Qué siente tu cuerpo? ¿Qué pensamientos surgen? Al aceptar la ansiedad en lugar de resistirla, disminuyes su poder sobre ti y abres espacio para sanarte.

La aceptación nos permite:

  • Ver la vida desde una perspectiva más positiva.
  • Ser más compasivos con nosotros mismos y con los demás.
  • Fluir con los cambios en lugar de temerlos.

Es un cambio interno que transforma la forma en que percibimos el mundo, permitiéndonos encontrar alegría incluso en los momentos más desafiantes.

Ejercicios prácticos para cultivar la aceptación

  1. Diario de gratitud y aceptación: Cada noche, escribe tres cosas que aceptas sobre ti mismo y tu día. Pueden ser cosas positivas («Acepto que hice un buen trabajo hoy») o negativas («Acepto que cometí un error en esa reunión») Atención: no para sentirte culpable por ello, sino extrayendo la enseñanza para mejorar si es posible.
  2. Práctica de asanas consciente: Elige una postura que te desafíe y obsérvate en ella sin juicio. Si no llegas a esa postura “ideal” que te has propuesto, ¿puedes seguir respirando y aceptarlo?
  3. Meditación de la aceptación: Siéntate en silencio y observa tu mundo interior. Si surgen emociones o pensamientos incómodos, trata de no cambiarlos ni juzgarlos.
  4. Practica recibir: Cuando alguien te haga un cumplido o te ofrezca ayuda, respira profundamente y responde con un simple «Gracias». Observa cómo te sientes al recibir.

La aceptación: una elección diaria

Aceptar lo que somos, lo que tenemos y lo que la vida nos trae, nos libera del sufrimiento de la resistencia y nos conecta con una paz más profunda. Como dijo Carl Jung:

«Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma.»

Tu paz no vendrá de tener certezas sobre lo que traerá el futuro, sino de aprender a abrazar el presente con honestidad y amor. La aceptación nos invita a dejar de buscar garantías y a soltar el control sobre lo incontrolable.

Cuando dejamos de obsesionarnos con lo que podría pasar y comenzamos a vivir plenamente lo que ya está ocurriendo, encontramos una tranquilidad que no depende de las circunstancias externas, sino de nuestra capacidad de estar en paz con el aquí y ahora. Este es uno de los grandes regalos que el yoga nos ofrece: entrenarnos para habitar el presente con una actitud de apertura y amor hacia nosotros mismos y la vida.

El yoga, con su combinación de filosofía y práctica, nos guía hacia esa aceptación transformadora. Si quieres profundizar en este camino, en la Mentoría Samadhi encontrarás un espacio para explorar estas enseñanzas y aplicarlas en tu propia vida. Al final, aceptarte tal y como eres es el mayor acto de amor que puedes regalarte.

Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.

Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.

2 respuestas a «La Aceptación: Un Camino hacia la Paz Interior desde el Yoga»

  1. Avatar de MARÍA ELISABET
    MARÍA ELISABET

    Me apasiona escucharte. me relajo y absorbo todo lo que dices y todos los días me voy aceptando un poquito más. GRACIAS…..ABRAZO ATEMPORAL

    1. Avatar de Verónica Bernal
      Verónica Bernal

      Gracias por tus palabras M. Elisabet,
      Qué emoción y gratitud me genera leerte. Saber que lo que comparto te llega de una forma tan especial y te acompaña en el camino de la autoaceptación es un regalo para mi.
      Gracias por tu escucha, tu apertura y por dejarme ser parte de este proceso tan profundo. Segimos, compartiendo desde el corazón 💖
      Un abrazo atemporal de vuelta, con mis mejores deseos 🌟

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