Episodio 62. El trabajo de fuerza en yoga
Cuando pensamos en yoga, muchas veces nos viene a la mente la imagen de personas haciendo posturas complicadas y sobretodo, flexibles. Sin embargo, existe una parte esencial de la práctica que no se puede pasar por alto: el trabajo de fuerza.
Este aspecto de yoga, que a menudo está poco reconocido, complementa y potencia la flexibilidad, brindando equilibrio, estabilidad al cuerpo.
En el episodio de hoy vamos a ver por qué es tan importante este trabajo de fuerza en yoga. Y, lo que es aún más interesante, ¿cómo influye en nuestra mente y emociones?
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El cuerpo fuerte como pilar para la flexibilidad
La flexibilidad es fundamental para el cuerpo, pero sin una base sólida de fuerza, esa flexibilidad sólo crearía un cuerpo inestable.
Imagina que intentas hacer una postura de yoga activa, como una utthita trikonasana (triángulo extendido), sin tener la fuerza necesaria en los músculos de las piernas, los brazos o el core (zona central del cuerpo). Te sentirías inestable y estarías en riesgo de lesionarte. El trabajo de fuerza asegura que puedas mantener esas posturas con seguridad.
Pero no sólo en la esterilla de yoga, sino en tu día a día.
Y es que un cuerpo fuerte es un cuerpo que se siente más ágil y es capaz de afrontar las exigencias de la vida cotidiana. Desde cargar la compra hasta simplemente mantener una postura sentada durante varias horas en el trabajo.
La fuerza también protege las articulaciones, mejora la postura y, lo más importante, permite que cada movimiento que haces sea más eficaz y controlado.
¿Por qué es tan importante un cuerpo fuerte?
La fuerza no solo se refiere a tener músculos tonificados. Habla de tener un cuerpo equilibrado que pueda sostenerse a sí mismo, sin recurrir a tensiones innecesarias. Este tipo de fuerza es funcional, lo que significa que permite que el cuerpo se mueva de manera más eficiente y segura, tanto en la práctica de yoga como en la vida.
Además, un cuerpo fuerte reduce el riesgo de lesiones, mejorando tu resistencia y energía durante todo el día.
Como hemos comentado, una de las principales razones para trabajar la fuerza en yoga es que complementa la flexibilidad. Un cuerpo flexible sin fuerza puede volverse propenso a las lesiones, ya que la flexibilidad por sí sola no te garantiza estabilidad. En cambio, cuando combinas fuerza y flexibilidad, lo que obtienes es un cuerpo equilibrado.
El trabajo de fuerza en yoga: no solo es físico
Aquí es donde la práctica de yoga se vuelve verdaderamente transformadora. El trabajo de fuerza no solo se enfoca en el cuerpo, sino también en la mente y las emociones. Si piensas en posturas que requieren fuerza, como chaturanga dandasana (plancha baja) o bakasana (cuervo), no solo estás trabajando los músculos de los brazos, los hombros y el core, sino que también estás desafiando tu mente.
Cuando te enfrentas a una postura desafiante que requiere mantener la fuerza por varios segundos, la mente tiene que estar completamente enfocada. No hay espacio para la distracción ni para la duda. Este tipo de trabajo mental es clave, porque te obliga a estar presente, a respirar de manera consciente, a no rendirte y a seguir empujando más allá de los límites mentales que creías tener.
Con cada postura de fuerza, trabajas tu capacidad de concentración, tu paciencia, tu perseverancia y tu resiliencia.
Cuando te enfrentas a la incomodidad o al desafío físico, puedes aprender a manejar la resistencia mental y emocional. Las posturas de fuerza te enseñan a aceptar el esfuerzo sin reaccionar con frustración. La fuerza no es solo física, también es la capacidad de aceptar el reto, mantener la calma y continuar avanzando.
Fortalecer la mente a través del cuerpo
El trabajo de fuerza en yoga no solo fortalece el cuerpo, sino que también tiene un impacto profundo en la mente, especialmente en nuestra capacidad para ser resilientes. La resiliencia es la habilidad de adaptarnos, afrontar y recuperarnos frente a situaciones adversas, y el yoga es una herramienta poderosa para cultivarla.
Cuando estamos en una postura desafiante que requiere fuerza, como chaturanga dandasana o bakasana, la mente se enfrenta a la incomodidad y al agotamiento. Es aquí donde entra en juego la resiliencia: la capacidad de mantenerse enfocado y presente, sin rendirse, sin caer en la desesperación. Esta es la verdadera esencia del trabajo mental en yoga: aprender a estar con la incomodidad sin identificarse con ella, a mantener la calma y la claridad en medio de la adversidad.
En este sentido, el yoga se convierte en una práctica de transformación interna. Cada postura de fuerza, cada respiración consciente, nos enseña a resistir la tentación de abandonar, a gestionar el malestar y a desarrollar una mente más fuerte y flexible. Al mantener la calma y el enfoque mientras trabajamos físicamente, entrenamos nuestra mente para hacer lo mismo en momentos de estrés o dificultades en la vida diaria.
Ejemplos de posturas de fuerza en Yoga
- Chaturanga Dandasana (plancha baja): Esta postura es fundamental para fortalecer los brazos, hombros y el core. Requiere control, equilibrio y resistencia. Es una excelente manera de trabajar la fuerza en los brazos y el core, además de enseñar a mantener la mente calmada y centrada.
- Bakasana (cuervo): Esta postura de equilibrio requiere fuerza en los brazos, muñecas y abdomen, pero también una gran dosis de confianza y enfoque. Desarrolla tanto la fortaleza física como la mental, ya que te obliga a mantener la calma y la concentración mientras desafías tus propios límites.
- Utkatasana (postura de la silla): Aunque parece una postura simple, Utkatasana es un excelente trabajo de fuerza para las piernas, los glúteos y el core. Es especialmente buena para fortalecer los músculos de las piernas y mejorar el enfoque mental.
- Virabhadrasana II (guerrero II): Esta postura es ideal para fortalecer las piernas, las caderas y los hombros, además de mejorar la estabilidad mental. Requiere que te mantengas centrado y equilibrado, lo que hace que sea tanto un trabajo físico como mental.
- Navasana (barco): Esta postura desafía tanto al cuerpo como a la mente, especialmente al core. Ayuda a fortalecer los músculos abdominales y a mejorar la resistencia mental. La clave está en la perseverancia y en no perder el enfoque, incluso cuando los músculos comienzan a temblar.
Conclusión: cuerpo, mente y emociones en equilibrio
El trabajo de fuerza en yoga no solo es esencial para mejorar la estabilidad física, sino que tiene un impacto profundo en tu mente y tus emociones. Al fortalecer el cuerpo, también fortaleces la mente, aprendiendo a mantenerte enfocado y resiliente ante los desafíos.
En yoga, todo está interconectado. La fortaleza física no es solo para tu cuerpo, sino también para todo tu ser. A través de la práctica, puedes transformar no solo tu cuerpo, sino también tu manera de pensar y sentir.
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Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.
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