Descansar para seguir avanzando

Episodio 52. Descansar para seguir avanzando

En el episodio de hoy vamos a hablar sobre uno de los mayores errores que cometemos en nuestro día a día y también en nuestra práctica de yoga. Se trata de obviar las señales del cuerpo y no parar a descansar cuando nos lo pide.

El yoga nos enseña a tomar conciencia de nuestro cuerpo, de nuestras sensaciones y sentimientos, y nos ayuda a estar más alineados con ellos. Pero a menudo el ritmo frenético de la vida nos lleva a perder por momentos esa conexión y dejar de escucharnos.

De hecho, en mis clases me he encontrado alumnos/as que, a causa de esa desconexión, venían a practicar estando enfermos, con fiebre o agotados, pensando que era lo que debían hacer. Como es normal les aconsejaba que lo mejor que podían hacer era irse a la cama… Te voy a explicar por qué nos pasa esto y cómo solucionarlo.

Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.

Descansar para seguir avanzando

Te ha pasado. Seguro.

Llevas días, semanas, quizá meses con la sensación de que no llegas a todo. Corres de un lado a otro, tachando pendientes de una lista interminable. El trabajo, la casa, la familia, los amigos… Y en medio de todo eso, tú, intentando sostenerlo todo como si fueras de acero.

Pero no lo eres. Y lo notas. En el cuerpo, en la mente, en el ánimo. Te molesta la espalda, se te tensan los hombros, te cuesta dormir, la cabeza no para… Y sin embargo, sigues adelante. Porque “tienes que hacerlo”, porque “no es para tanto”, porque “todo el mundo lo hace”.

Y llega un día en el que el cuerpo dice basta. A veces con un resfriado que no se va, otras con un agotamiento que no tiene explicación. O con ansiedad. O con tristeza. Y ahí sí te das cuenta: algo no está bien.

La trampa de la productividad infinita

Nos han metido en la cabeza que el descanso hay que ganárselo. Que si paras, es porque antes has hecho suficiente. Que si te sientes cansado pero “no has hecho nada”, no tienes derecho a estarlo. Nos han enseñado a medir nuestro valor por lo productivos que somos, por lo ocupados que estamos.

Pero eso es una trampa.

Porque el cuerpo no entiende de agendas ni de horarios. No negocia. No espera a que termines “una cosa más”. Si no lo escuchas a tiempo, encuentra la manera de hacerse oír, y no suele ser amable.

Y aquí viene la gran pregunta: ¿por qué nos cuesta tanto parar?

La culpa de no hacer “nada”

Si alguna vez has intentado tomarte un día libre y has sentido esa inquietud en el pecho, esa vocecita que te dice “debería estar haciendo algo útil”, sabes de lo que hablo.

Es una culpa sutil, pegajosa, que no tiene sentido pero que está ahí. Como si hubiéramos interiorizado que nuestro descanso es un privilegio y no una necesidad.

Pero la realidad es otra: el descanso no es un premio, es un derecho. Y más que eso, es una herramienta de supervivencia. Porque sin él, no avanzamos. Nos atascamos, nos desgastamos, nos rompemos.

Parar no es rendirse: es avanzar de otra manera

Mira la naturaleza. Los árboles no están floreciendo todo el año. Los ríos no corren con la misma intensidad siempre. Hay momentos de expansión y momentos de reposo. Y ambos son necesarios.

Cuando te permites parar, le das a tu cuerpo y a tu mente el espacio que necesitan para recalibrarse. Para digerir lo que has vivido. Para soltar lo que pesa y hacer sitio a lo nuevo.

La meditación y el yoga nos enseñan esto con claridad: cuando realmente te escuchas, te das cuenta de que no necesitas hacer más, sino hacer mejor. Con más conciencia, con más presencia.

Y lo curioso es que, cuando dejas de pelear contra el descanso, la energía y la claridad regresan. Y ahí, sin forzarlo, sigues avanzando.

Aprender a parar sin sentir culpa

No es fácil. Lo sé. No basta con decirte a ti mismo “voy a descansar” y ya. La culpa y la inercia siguen ahí, intentando empujarte de vuelta al ruido.

Pero hay maneras de cambiar la relación con el descanso. De aprender a escuchar lo que el cuerpo necesita sin justificarlo. De recordar que no tienes que rendir cuentas a nadie más que a ti mismo.

Pero ¿cómo aprender a parar sin sentir que estás perdiendo el tiempo? Haciendo del descanso un aliado, no un enemigo. Y para ello es necesario cambiar nuestra mentalidad respecto.

Primero, entender que descansar no significa “no hacer nada”, sino darle al cuerpo y a la mente el espacio necesario para recuperarse. Es un proceso activo de regeneración y no una pérdida de tiempo.

El descanso se convierte en un enemigo cuando lo vemos como un obstáculo, algo que hay que evitar o posponer. Si en lugar de eso lo integramos en nuestra rutina con intención, podemos aprovecharlo para mejorar nuestra salud física y mental, aumentar nuestra creatividad y rendir mejor en todas las áreas de la vida.

¿Cómo descansar para seguir avanzando?

Aquí te dejo algunas ideas para incorporar a tu rutina:

  • Escuchar las señales del cuerpo: si sientes fatiga, dificultad para concentrarte o cambios en el estado de ánimo, es momento de pausar. Tira de la auto escucha que aprendes en la esterilla de yoga y llévala al día a día.
  • Incorporar descansos activos: a veces, un descanso no significa estar tumbado en el sofá, sino cambiar de actividad. Caminar, respirar conscientemente, unas asanas que descongestionen el cuerpo o meditar pueden ser formas efectivas de recargar energía.
  • Dejar de justificar el descanso: no necesitas haber hecho “suficiente” para merecer parar. El descanso es parte natural del ciclo de esfuerzo y recuperación. Practica ahimsa (no violencia, respeto) contigo mimso/a.
  • Crear un ritmo propio: cada persona tiene necesidades diferentes. Escuchar tu propio ritmo, en lugar de ajustarte a lo que la sociedad impone, te permitirá encontrar un equilibrio sostenible. A necesidades particulares, soluciones personalizadas.

El descanso dentro de la práctica de yoga

En el yoga, esta idea se vuelve aún más clara. No se trata solo de moverte en la esterilla, sino de saber cuándo no moverte.

Hay días en los que tu cuerpo te pide energía, expansión, posturas desafiantes. Y hay otros en los que lo único que necesita es quietud, suavidad, una respiración profunda.

Aprender a escuchar esa diferencia es clave.

  • No practicar cuando estamos enfermos: Forzar el cuerpo cuando está en proceso de recuperación solo retrasa la sanación. A veces, el yoga del día es simplemente descansar.
  • Ajustar la práctica a nuestras limitaciones: Un dolor de espalda, una lesión, incluso una fatiga acumulada… en lugar de ver estos límites como obstáculos, podemos usarlos como guías para explorar otras formas de práctica más suaves.
  • Sustituir asanas por meditación: Si el cuerpo no está disponible ¡hay más opciones! En días de agotamiento físico, una lesión que nos duele… sentarse en silencio puede ser más poderoso que cualquier secuencia física.
  • No forzar cuando estamos agotados: Hay un tipo de cansancio que mejora con el movimiento y otro que solo se alivia con descanso. Aprender a distinguirlos nos ayuda a usar la práctica a nuestro favor.

El yoga no es solo técnica. Es entendernos, es respetarnos. Es recordar que la pausa también forma parte del camino.

El descanso es un aliado, no un enemigo

En definitiva, el descanso no es un enemigo del avance, sino su mejor aliado. Si aprendes a respetarlo, descubrirás que puedes rendir más, sentirte mejor y vivir con más presencia y plenitud.

Y si sientes que este es un tema que quieres trabajar más a fondo, en Enyógate tenemos cursos diseñados para ayudarte a reconectar con tu cuerpo, con tu energía y con tu ritmo natural. Porque vivir no es solo hacer. También es ser.

No tienes que demostrarle nada a nadie. No tienes que ganarte el derecho a descansar. Solo tienes que recordar que, a veces, parar es la única forma de seguir avanzando.

Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.

Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.

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