Episodio 27. vivir en sintonía con los ciclos de la naturaleza.
En el episodio del podcast de hoy exploramos cómo y por qué es importante volver a vivir en armonía con los ciclos de la Tierra para respetar nuestra naturaleza humana y sentirnos conectados y en bienestar todos los días del año.
Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.
Por qué es importante vivir en sintonía con los ciclos de la naturaleza
Durante miles de años, los seres humanos vivieron en un ritmo perfectamente sincronizado con la naturaleza. El amanecer marcaba el inicio del día; el anochecer, su fin. Las estaciones dictaban qué alimentos cultivar, cuándo sembrar, cuándo cosechar y cuándo descansar. Sin embargo, con el tiempo, los avances tecnológicos nos alejaron de esa conexión. Hoy, podemos encender la luz a cualquier hora, acceder a frutas exóticas fuera de temporada o trabajar a ritmos que ignoran la fatiga natural del cuerpo.
Aunque este progreso nos ha facilitado muchas cosas, también nos ha desconectado de algo esencial: el equilibrio que encontramos al vivir en sintonía con los ciclos de la naturaleza. Nuestro cuerpo y nuestra mente no olvidan. Siguen respondiendo a los ciclos del día y la noche, a las estaciones, a los cambios en el clima y la luz. Ignorar estos ritmos tiene un precio: agotamiento, estrés, desequilibrios físicos y emocionales.
El yoga y el ayurveda, como sistemas ancestrales de sabiduría, nos recuerdan que la clave para la salud y el bienestar está en volver a esa conexión, en respetar los ciclos naturales y ajustar nuestra vida a ellos.
Ritmos diarios: el poder del sol y la luna
El día y la noche son los ciclos más inmediatos que experimentamos. El ciclo día-noche, conocido como el ritmo circadiano, es uno de los más fundamentales para nuestro cuerpo. La luz del sol regula nuestra producción de melatonina, la hormona del sueño, y sincroniza nuestras funciones biológicas. Cuando ignoramos este ritmo, ya sea trabajando hasta altas horas de la noche o durmiendo en horarios irregulares, nuestro cuerpo paga el precio: insomnio, fatiga y, a largo plazo, problemas de salud más serios.
Desde la perspectiva ayurvédica, el amanecer y el atardecer son momentos de transición, conocidos como sandhyas, ideales para conectar con la naturaleza a través de prácticas como la meditación o el saludo al sol.
Cómo el yoga puede ayudarnos de una forma simple y efectiva de alinearnos con los ritmos del día:
Por la mañana, una práctica más dinámica, como los saludos al sol o una sesión de asanas más intensa, despierta el cuerpo y lo prepara para la actividad. El pranayama estimulará tu energía para arrancar el día con las pilas cargadas y la meditación prepara tu mente para lo que te traiga la jornada. Es también un momento ideal para practicar los satkarmas o técnicas de purificación dentro de tu rutina de aseo diario.
El centro del día es el momento de mayor actividad digestiva, por lo que la comida principal deberíamos tomarla a mediodía. También es un buen momento para la creatividad y el procesamiento de ideas. La meditación y la práctica de atención plena, junto con la respiración consciente, pueden ayudarte a lo largo de la jornada a mantener la mente concentrada, impulsar tu creatividad o salir del bucle del estrés si es necesario.
Por la tarde-noche, una sesión de yoga con asanas suaves y una practica de pranayama relajante te ayudará a prepararte para el descanso. Una meditación sencilla puede ayudarte a soltar el peso mental del día y junto a la relajación, ayudar a calmar la mente.
Incorporar estas prácticas en nuestros días nos ayuda a fluir con los ritmos de la naturaleza en lugar de luchar contra ellos.
Las estaciones: una danza constante de transformación
Cada estación del año tiene una energía particular, que el ayurveda clasifica según los tres doshas: vata, pitta y kapha. El invierno, por ejemplo, tiende hacia kapha, con su frío, humedad y quietud. La primavera marca un período de deshielo, también kapha, pero con una energía más ligera que invita al movimiento y la limpieza. El verano es pitta: caluroso, intenso, expansivo. El otoño, con sus vientos y sequedad, es vata, trayendo cambios y movimiento.
Cuando nos resistimos a estas energías, aparece el desequilibrio. Tal vez comemos alimentos fríos en pleno invierno, ignorando la necesidad del cuerpo de calor y sustancia, o mantenemos un ritmo de trabajo frenético en otoño, cuando el cuerpo pide introspección.
El yoga nos enseña a observarnos, a darnos cuenta de cómo nos afectan estas transiciones. Practicar posturas que fomenten la estabilidad en otoño, la frescura en verano o la vitalidad en invierno puede ayudarnos a equilibrar nuestras energías.
Ejemplos prácticos para sincronizarte con los ciclos
Invierno: el tiempo del recogimiento
El invierno, con sus días cortos y temperaturas bajas, nos invita al descanso. Sin embargo, nuestra sociedad moderna suele ignorar esta señal, manteniéndonos en un ritmo frenético incluso cuando nuestro cuerpo pide ralentizarse. Este es un momento para centrarse en la introspección, comer alimentos calientes y nutritivos, y practicar un yoga restaurativo que fomente la calma y el calor interior.
Primavera: renovación y limpieza
A medida que el frío se disipa, la primavera trae una energía de renovación. Es el momento perfecto para dejar ir lo viejo, tanto física como emocionalmente. Opta por alimentos frescos y ligeros, como ensaladas y frutas de temporada. Prueba prácticas más energéticas, como saludos al sol repetidos para mover la energía estancada, limpiar y revitalizar el cuerpo.
Verano: expansión y conexión
El verano, con su luz abundante y calor, nos invita a la conexión y la actividad. Sin embargo, es importante no quemarnos, tanto literal como figurativamente. Evita alimentos excesivamente picantes o calientes. El yoga refrescante, como posturas restaurativas y técnicas de respiración como sitali pranayama, puede ayudarnos a mantenernos equilibrados.
Otoño: transición y estabilidad
El otoño es un tiempo de cambio, con días que se acortan y temperaturas que bajan. Abrígate y protege tu energía. Evita los alimentos secos y favorece los guisos y caldos tibios. Esta energía de transición puede ser inestable, por lo que es importante centrarse en prácticas que aporten estabilidad, como posturas de pie o yoga suave.
Regreso al equilibrio natural
El equilibrio no es algo que encontremos fuera de nosotros; es algo que cultivamos desde dentro, escuchando los ritmos de la naturaleza y adaptándonos a ellos. Nos encontramos menos agotados, más conectados y con una sensación de fluidez en nuestra vida. Es una forma de vivir más presente, más consciente, más viva.
El yoga y el ayurveda nos recuerdan que somos parte de un todo más grande, y que al vivir en armonía con la naturaleza, encontramos una paz y vitalidad que trascienden cualquier circunstancia externa. Mientras que el yoga nos ayuda a escuchar nuestro cuerpo y equilibrar nuestra mente, el ayurveda nos enseña cómo ajustar nuestra dieta, rutinas y hábitos según las estaciones y los ritmos diarios.
En la Mentoría Samadhi hemos diseñado un módulo especial dedicado a integrar el ayurveda en las cuatro estaciones del año. Si este tema resuena contigo y deseas profundizar, te invito a echarle un vistazo. Es un espacio para reconectar con esos ritmos olvidados y redescubrir el bienestar que surge al vivir en sintonía con la naturaleza.
Cuéntame en los comentarios qué pequeños cambios te animas a probar para sincronizarte con los ritmos de la Tierra.
Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.
Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.


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