A mi, personalmente, siempre me ha parecido un tópico lo de formular buenos propósitos para el año nuevo. Normalmente se hacen de manera superficial y a los dos meses ni te acuerdas de ellos. Pero este año los estoy viendo con otros ojos, te cuento por qué.
Estoy trabajando desde hace algún tiempo el tema de la organización, planificación, objetivos… tanto a nivel personal como profesional. No se puede ir sin rumbo por la vida…
Al plantear los objetivos en el trabajo para el nuevo año empecé a darme cuenta de que los propósitos de año nuevo no dejan de ser eso, objetivos, y que hay una manera correcta de plantearlos para cumplirlos por fin.
Cuando la mayoría de la gente hace sus propósitos de año nuevo, como decía antes, los hace de una manera superficial y sin estructura, de manera que pronto se olvidan o, por falta de concreción, son difíciles de alcanzar.
Cómo formular tus buenos propósitos (u objetivos) para conseguir cumplirlos
Lo primero es coger papel y lápiz y sentarse un rato a pensarlo bien. Al final del post te regalamos un descargable que te ayudará en tu tarea de organizar tus propósitos.
Para empezar no te pongas muchos objetivos de golpe para no dispersarte. Puedes hacer una lista y elegir los tres más importantes. Según los vayas alcanzando puedes ir a por más.
Una vez que sepas por dónde vas a empezar hay un sistema eficaz que te ayudará a fijar tu rumbo de la mejor manera. Aunque por supuesto, los planes que hagas siempre se pueden y deben ir adaptando a las circunstancias que vayan surgiendo.
Tu objetivo o propósito debe tener unas características para ser susceptible de ser cumplido. En inglés esto se conoce como modelo S.M.A.R.T. (las siglas de las características y también la palabra inteligente):
- Specific – especifico: debe ser lo más concreto y claro posible. Debes describir exactamente lo que quieres conseguir. Tomaremos de ejemplo un propósito típico: perder peso. El objetivo no puede ser «perder peso», sin más. Deberás especificar todo lo que puedas, por ejemplo, «perder 5 kilos de aquí al verano».
- Mesurable – medible: si no es medible no podemos comprobar su progreso. Perder 5 kilos en 6 meses es un objetivo medible, perder peso, no. Mes a mes puedes comprobar si vas cumpliendo tu objetivo y te motivará para continuar con él.
- Attainable – alcanzable: una cosa es que nos retemos a nosotros mismos y otra es que la meta sea inalcanzable. Por cambiar de ejemplo, para mi sería un reto correr una maratón el próximo año, sería inalcanzable hacer un ironman el año próximo, ya que no tengo la preparación necesaria.
- Realist – realista: no podremos alcanzar un objetivo si no tenemos los medios o herramientas para hacerlo. Tiene que ver con la anterior. Haz tu objetivo con ilusión y desafíate, pero con los pies en la tierra. Si no tengo acceso a un buen entrenador no podré prepararme para la maratón, por seguir con el ejemplo.
- Timely – temporizado: ponte plazos para cumplirlo. Si no lo haces será como esa frase que todo el mundo dice cuando ve a una amistad: «a ver si quedamos un día a tomar un café». Al final no se suele quedar, a no ser que se concrete un día y una hora. Si quiero aprender a tocar un instrumento, por ejemplo, debo ponerme un plazo para encontrar un profesor, para empezar las clases, ponerme un horario semanal… Es conveniente poner plazos cercanos para no perder la motivación.
Así que cuando formules tu propósito, asegúrate de que cumple con estas características y verás como de repente es mucho mas tangible.
y ahora ¡a por él!
Bien ya tenemos formulado el propósito. Ahora hay que ponerse manos a la obra. Pero, ¿por dónde empezar?
Pues empieza por creer que puedes hacerlo. Visualiza tu meta y ponla por escrito. Borra de tu vocabulario el «no puedo» y considera los fallos y los errores como experiencias y oportunidades de aprender y mejorar.
También ayuda compartir tu propósito con alguien de confianza que te apoye y te anime a seguir en los momentos de debilidad.
Para continuar, tienes que desglosar tu objetivo en pequeñas acciones que serán el paso a paso para lograrlo. Estas acciones deben ser también S.M.A.R.T. Anótalas y agéndalas para no olvidarte de nada. Recuerda que más vale una pequeña acción al día que una grande a la semana o al mes, que te costarán mucho mas y por circunstancias puedes dejar de hacer.
Por ejemplo, si mi objetivo es aprender a cuidar mis plantas y mantenerlas sanas durante todo el año, las pequeñas acciones que llevaré a cabo podrían ser:
- Comprar un buen libro sobre plantas de interior- antes del fin de semana.
- Ubicar correctamente cada planta y trasplantarlas si es necesario- antes de acabar enero.
- Anotar en la agenda los días que toca riego, abono, trasplante… para el próximo año- antes de acabar enero.
- Revisar cada semana el estado de cada planta y tomar medidas en caso de problemas- semanalmente (apuntarlo en la agenda)
Según vayas cumpliendo estas acciones más pequeñas, márcalas como hechas y ¡celébralo! será una gran motivación para seguir adelante. Tu objetivo estará cada vez más cerca de cumplirse.
Por último y no menos importante, ten tu objetivo siempre a la vista. Ponlo en un lugar visible para no olvidarte de él, programa alertas en el móvil si es necesario, y ve revisándolo periódicamente. Por difícil que te parezca no desfallezcas, todo en esta vida requiere un esfuerzo, unas veces muy pequeño y otras enorme. ¡Ten en mente tu meta y ve a por ella!
Y, como lo prometido es deuda, te regalo un descargable que te será muy útil a la hora de organizar tus objetivos. Sólo tienes que rellenarlo y después agendar cada acción. Espero que te guste. A cambio, me gustaría recibir tus comentarios sobre este tema y que compartas este regalo con quien creas que lo pueda aprovechar.
Descarga planificador de objetivos
Namaste.
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