Episodio 29. El significado profundo de Namasté
Acabas de terminar una clase de yoga. El ambiente está tranquilo, la sala iluminada suavemente por la luz del sol que entra por las ventanas. El profesor, con voz serena, te invita a sentarte en postura cómoda. Unas palabras cierran la práctica: Namasté. Juntas las palmas de las manos frente al pecho, inclinas ligeramente la cabeza y repites el saludo, sintiendo una conexión especial con el momento. ¿Pero qué significa realmente Namasté, y por qué se utiliza en el yoga?
Es un gesto que, aunque sencillo, encierra una gran profundidad y simbolismo. Pero, ¿qué significa realmente Namasté? ¿De dónde viene y por qué se utiliza en el yoga? Este artículo es una invitación a adentrarnos en la riqueza cultural, espiritual y filosófica de esta palabra y gesto.
Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.
Un saludo que conecta corazones
Namasté proviene del sánscrito, una lengua clásica de la India y el yoga. Está compuesto por dos partes: namas, que significa “saludo”, “reverencia”, y te, que significa “a ti”. Literalmente, Namasté puede traducirse como “Te saludo”, “Te reverencio” o “Me inclino ante ti”. Sin embargo, su significado va mucho más allá de las palabras. En el contexto espiritual, se entiende como: “Lo divino en mí reconoce y saluda lo divino en ti”.
Este saludo es común en la India, Nepal y otras regiones del sur de Asia. Se utiliza tanto de forma cotidiana como en contextos espirituales y ceremoniales. En Occidente, Namasté ha llegado principalmente a través del yoga, transformándose en un símbolo de conexión y respeto mutuo.
El gesto: más que una simple postura de manos
Cuando pronunciamos Namasté, solemos acompañarlo con el gesto conocido como Anjali Mudra: juntar las palmas de las manos frente al corazón y bajar ligeramente la cabeza. Este mudra no es casual; tiene un simbolismo profundo. En el yoga, se interpreta como la unión de los opuestos: lo divino y lo humano, la mente y el cuerpo, lo individual y lo universal. Es un reconocimiento de que lo sagrado no solo está fuera de nosotros, sino también dentro de nosotros. Al realizar este gesto, estamos diciendo sin palabras: “Me conecto contigo desde mi esencia, desde lo más sagrado de mí”.
Este acto, tan simple en apariencia, tiene la capacidad de romper barreras. Nos recuerda que, aunque seamos diferentes en nuestras formas externas, estamos conectados en nuestra esencia.
Más allá de las palabras: el significado espiritual
Decir Namasté en yoga no es solo un acto de cortesía, es una declaración filosófica y espiritual. Su significado profundo se entrelaza con los principios fundamentales del yoga:
- La divinidad dentro de cada ser: Cuando decimos Namasté, reconocemos que dentro de cada uno de nosotros existe una chispa divina. Es un recordatorio de que, aunque somos individuos únicos, estamos profundamente conectados en nuestra esencia.
- La conexión con el otro: Al decir Namasté a otra persona, no solo estamos expresando respeto, sino también reconociendo que compartimos la misma esencia. Es una afirmación de unidad: “Lo que hay de divino en mí saluda a lo divino en ti”.
- La humildad y el agradecimiento: Al finalizar una clase de yoga, decir Namasté al profesor o a los compañeros es una manera de agradecer el espacio compartido y las experiencias vividas. Es un gesto de humildad y gratitud que refuerza el sentido de comunidad.
Variantes y usos
Aunque Namasté es la versión más conocida, existen variantes en función del contexto y la región. Por ejemplo:
- En Nepal, es común escuchar Namaskar o Namaskaram, términos que también implican reverencia y respeto.
- En algunas tradiciones espirituales, el saludo puede acompañarse de una oración o mantra, añadiendo un componente devocional.
En el ámbito cotidiano, Namasté puede ser un simple saludo o despedida, similar a un “hola” o “adiós”. Sin embargo, en contextos espirituales como el yoga, adquiere un significado mucho más profundo.
En Occidente, Namasté ha sido adoptado principalmente a través del yoga, aunque su uso a veces puede parecer más simbólico que espiritual. Sin embargo, conocer su significado real puede ayudarnos a devolverle el peso y el respeto que merece.
Namasté en la práctica del yoga
El yoga no es solo una disciplina física; es un camino hacia el autoconocimiento y la unión con lo absoluto. Namasté encapsula esta filosofía. Cuando lo decimos al finalizar una clase, estamos integrando los aprendizajes de la sesión: la conexión con nuestro cuerpo, mente y espíritu, y el reconocimiento de esa conexión en los demás.
La práctica del yoga nos invita a vivir desde un lugar de presencia, gratitud y humildad. Namasté no solo cierra la clase, sino que nos recuerda que llevemos estos valores con nosotros en nuestra vida diaria.
Filosofía del yoga: la unión en la diversidad
El concepto de Namasté también se alinea con uno de los pilares filosóficos del yoga: la idea de que todo en el universo está interconectado. Según la tradición yóguica, detrás de la diversidad de formas y nombres, existe una realidad única e indivisible. Namasté nos invita a mirar más allá de las apariencias y reconocer esta verdad.
En este sentido, Namasté es una práctica en sí misma. No es solo una palabra o un gesto, sino un recordatorio constante de vivir desde un lugar de autenticidad y conexión. Al decirlo, honramos nuestra esencia y la de los demás, llevando la filosofía del yoga más allá de la esterilla.
Aplicando Namasté en la vida cotidiana
Decir Namasté no tiene que limitarse al final de una clase de yoga. Podemos integrar su significado en nuestro día a día como una práctica de humildad y gratitud. Por ejemplo:
- Hacia nosotros mismos: Al mirarnos al espejo, recordando que somos suficientes tal y como somos.
- Hacia los demás: En momentos de desacuerdo, recordando que más allá de las diferencias, compartimos una misma esencia.
- Hacia la vida: Agradeciendo lo que tenemos, lo que somos y lo que estamos aprendiendo.
Reflexión final: ¿Qué nos enseña Namasté?
La próxima vez que digas Namasté al finalizar una clase de yoga, hazlo con plena conciencia de su significado. Siéntelo como un acto de reverencia hacia ti mismo, hacia quienes te rodean y hacia el universo. Recuerda que esta palabra nos invita a vivir desde nuestra mejor versión, a reconocer la luz en nosotros y en los demás.
Que cada Namasté sea una invitación a recordar quién eres en lo más profundo. Porque, como el yoga nos enseña, todo lo que buscas ya está dentro de ti.
Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.
Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.


Deja una respuesta