Episodio 28. Cuándo practicar yoga: Encuentra tu momento y adapta tu práctica
¿Cuál es el momento ideal para practicar yoga? Es una pregunta que seguramente muchos principiantes y practicantes se han hecho alguna vez. Aunque tradicionalmente se recomienda practicar al amanecer o al atardecer, lo cierto es que en el mundo actual, con agendas llenas y ritmos de vida acelerados, el mejor momento para practicar yoga es aquel que mejor se adapte a ti. Encontrar ese momento no solo depende de horarios, sino de escucharte y entender cómo el yoga puede integrarse en tu día a día de manera flexible y beneficiosa.
Pero antes de empezar te voy a invitar a echar un vistazo los cursos de yoga online en los que te enseño a tener una practica personal autónoma y adaptada a tus necesidades, sin depender de vídeos o meditaciones guiadas, y lo más importante, a crear tu estilo de vida yogui con el objetivo de sacar la felicidad fuera de la caja.
Cuando practicar yoga: Encontrar tu momento ideal
Imagina que tu día está dividido en bloques de tiempo que parecen inamovibles: el trabajo, las obligaciones familiares, las tareas del hogar… ¿Dónde encaja el yoga en todo esto? Depende.
Para Marta, madre de dos niños pequeños, las mañanas son caóticas, con desayunos rápidos y mochilas que llenar. Para ella, el yoga al amanecer es inviable. Sin embargo, cuando la casa se sumerge en silencio por la noche, Marta encuentra su momento perfecto: un espacio de calma para reconectar con su cuerpo y mente antes de dormir.
Luis, un estudiante universitario, tiene una vida mucho más impredecible. Sus clases varían cada semana y rara vez tiene un horario fijo. Aun así, ha descubierto que unos minutos de yoga al mediodía, en un parque cercano a la universidad, lo revitalizan y lo ayudan a enfrentar el resto del día con más energía.
Lo importante no es si practicas al amanecer, al atardecer o a media tarde; lo esencial es que encuentres el momento que funcione para ti. No te obsesiones con horarios “perfectos” ni con replicar las prácticas de otros. Cada persona tiene un ritmo y una vida única, y el yoga, lejos de imponer rigidez, te invita a fluir con tus propias circunstancias.
La flexibilidad del yoga ante las circunstancias
El yoga no es una rutina inamovible. Es una práctica viva que se adapta a las necesidades de tu cuerpo y tu mente. Sin embargo, esto también significa saber cuándo no practicar.
Si estás enfermo, tienes fiebre o atraviesas la fase aguda de una lesión, la práctica física no es lo más recomendable. Forzarte a realizar asanas en estas condiciones no solo puede ser contraproducente para tu salud, sino que va en contra del principio de ahimsa, la no violencia. Cuidar de ti mismo también es yoga.
Sin embargo, eso no significa que debas apartar la práctica por completo. En momentos de enfermedad o agotamiento, meditar o realizar ejercicios de pranayama (respiración consciente) puede ser una excelente manera de mantenerte conectado contigo mismo sin agotar tu energía física. Por ejemplo, las personas con fibromialgia encuentran en el yoga un gran aliado. Aunque es importante descansar en las fases agudas, el yoga suave y adaptado, junto con la meditación, puede ser una herramienta valiosa para reducir el estrés y aliviar el dolor en el día a día.
El equilibrio está en escuchar tu cuerpo. Si bien es tentador cumplir con una rutina estricta, el yoga nos enseña a ser flexibles, no solo físicamente, sino también en nuestra relación con la práctica.
El entorno y las condiciones climáticas
Además de adaptarte a tus horarios y circunstancias, es importante considerar el entorno en el que practicas.
En verano, practicar yoga bajo el sol abrasador puede ser peligroso. Las altas temperaturas no solo dificultan la práctica, sino que también pueden causar agotamiento o deshidratación. Por eso, en los días calurosos, lo ideal es buscar espacios frescos o practicar en las primeras horas de la mañana o al atardecer.
En invierno, el yoga puede convertirse en un refugio cálido. Sin embargo, asegúrate de que tu espacio esté lo suficientemente cómodo como para evitar tensiones por el frío. Practicar en casa, con una manta cerca para el momento de la relajación final, puede ser una opción ideal.
Yoga en las diferentes etapas de la vida
A lo largo de nuestras vidas, nuestras necesidades y capacidades cambian, y el yoga se adapta maravillosamente a cada etapa.
- En la infancia y adolescencia, el yoga puede ser un juego que fomente la concentración y la conexión con el cuerpo. Los niños disfrutan las posturas que imitan animales y elementos de la naturaleza, mientras los adolescentes encuentran en el yoga una herramienta para manejar el estrés y la ansiedad.
- En la edad adulta, el yoga se convierte en un aliado para equilibrar el cuerpo y la mente en medio de las exigencias de la vida diaria. Puede ayudar a aliviar tensiones, fortalecer el cuerpo y mantener una buena salud mental.
- En la tercera edad, el yoga suave y adaptado es invaluable. Ayuda a mantener la movilidad, mejora la postura y reduce el riesgo de caídas, mientras ofrece un espacio para la meditación y la conexión interior.
Practicar con conciencia, no con imposiciones
Si algo nos enseña el yoga, es a alejarnos de la rigidez y las imposiciones. Tu práctica no debe ser una obligación más en tu lista de tareas, sino un momento para reconectar contigo mismo y cuidarte.
Piensa en tu práctica como un espacio personal, adaptable a tu vida, tus circunstancias y tu energía. Algunas personas prefieren prácticas dinámicas para comenzar el día con energía, mientras que otras buscan sesiones relajantes para cerrar el día. Ambas opciones son válidas si te hacen sentir bien.
Y si un día, por cualquier motivo, no puedes practicar, no pasa nada. El yoga también está en cómo vives, cómo respiras y cómo afrontas los desafíos cotidianos con calma y aceptación.
¿Cuándo es el mejor momento para ti?
En Enyógate, creemos que el yoga no es una talla única, sino una práctica que se ajusta a ti y a tu vida. Por eso, nuestros cursos están diseñadas para adaptarse a ti, ofreciéndote herramientas prácticas para integrar el yoga en tu vida de forma flexible y significativa. Si estás buscando una manera de comenzar o profundizar en tu práctica, te invitamos a explorar nuestros programas, pensados para acompañarte en cada etapa de tu viaje interior.
Porque al final, lo importante no es tanto cuándo practicas yoga, sino que lo hagas con intención, respeto hacia tu cuerpo y mente, y en conexión contigo mismo.
Te agradezco mucho que hayas decidido compartir este ratito de yoga conmigo, me encantará que me dejes un comentario en Spotify, en nuesto canal de Telegram o RRSS y sobretodo, muchas gracias por unirte a La Escuela online en Enyógate.com, porque de esa manera lo que hago cobra sentido y además me ayudas a que pueda seguir ofreciendo espacios como este.
Te espero en el próximo episodio. Que tengas un día estupendo, consciente y lleno de sentido. Namasté.


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